Metformina en niños y adolescentes obesos

Uso de metformina para el control del peso en niños y adolescentes con obesidad en el contexto clínico

Obesidad se define por el índice de masa corporal (IMC) ⩾95%.  La obesidad aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas graves, como la diabetes mellitus tipo 2, la hipertensión y la dislipidemia; éstas condiciones contribuyen a la enfermedad cardíaca y la muerte prematura.

La adopción de hábitos dietéticos saludables y el aumento de la actividad física son los tratamientos de primera línea recomendados para perder peso, sin embargo, pocos lo logran y solo con estas intervenciones mantienen un peso saludable.

La metformina, una biguanida, está actualmente aprobada para su uso en el tratamiento de la diabetes mellitus tipo 2 en niños de 10 años de edad y mayores. La función principal de la metformina es mejorar la sensibilidad a la insulina y disminuir los niveles de glucosa en suero en personas con diabetes tipo 2 o con resistencia a la insulina. 

Otro uso potencial es estrictamente como un adyuvante para la pérdida de peso y supresor del apetito en niños y adultos con sobrepeso / obesidad pero que aún no han desarrollado diabetes tipo 2.

La metformina inhibe la actividad de la proteína quinasa activada por monofosfato de adenosina (AMPK) y aumenta la sensibilidad a la leptina en el hipotálamo, lo que provoca una disminución de la expresión de los neuropéptidos que causan el hambre y un aumento de la sensación de saciedad, lo que lleva a la supresión del apetito y a una menor ingesta de alimentos. Los estudios han demostrado que este uso de la metformina para perder peso es seguro y generalmente es bien tolerada; en estudios controlados aleatorios de jóvenes, se ha demostrado que produce una pérdida de peso significativa si se toma regularmente durante al menos 6 meses.

Efectos secundarios
Según la literatura del fabricante del medicamento, los efectos secundarios gastrointestinales son, con mucho, los más comúnmente informados: diarrea, náuseas / vómitos, Dolor abdominal; otros efectos reportados son dolor de cabeza y debilidad en algún momento durante el tiempo que tomaron la metformina. Ningún adolescente tuvo acidosis láctica.

El estudio muestra que el uso de metformina en niños y adolescentes con obesidad se asocia con un aumento de peso significativamente menor y un menor aumento del IMC en comparación con aquellos a los que no se les recetó metformina. La metformina puede ser útil como ayuda para el control del peso en niños de 10 a 18 años con obesidad en el entorno clínico al disminuir potencialmente el aumento de peso que a menudo se experimenta en este grupo.

Tener presente que los pacientes que toman metformina no pierden peso, sino que puede ser el motivador para los niños y adolescentes que toman metformina como terapia complementaria a las intervenciones en el estilo de vida para entender que potencialmente puede ayudar a disminuir la tasa de ganancia de peso. Es posible que la respuesta a la metformina dependa del grado de hiperinsulinemia y de intolerancia a la glucosa.

Puede haber diferentes subgrupos de pacientes que pueden beneficiarse más de la metformina que otros, incluidos los que tienen síndrome metabólico, resistencia a la insulina o síndrome de ovario poliquístico. La metformina también puede ser particularmente útil en mujeres adolescentes mayores con mayores grados de obesidad.

 2018, Vol. 57(14) 1677–1685
Published - Dec 1 2018

 

Dr, Germán E. Silva Sarmiento
Especialidad - Pediatra
Sub-Especialidad - Medicina Interna Pediátrica
Director General - Pedia-gess.com
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