Dermatitis atópica
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- Categoría: Información para padres
- Escrito por Dr. German E. Silva S
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¿Qué es la dermatitis atópica?
Es una enfermedad que afecta a la piel y se caracteriza por la presencia de inflamación y comezón. Se asocia con una reactividad exagerada de la piel hacia sustancias ambientales que normalmente son inofensivas para las personas sanas. Se trata de una afección crónica, aunque sus manifestaciones aparecen como brotes de mayor intensidad por determinados períodos.
¿A quiénes afecta?
La dermatitis atópica (DA) es una de las enfermedades inflamatorias de la piel más frecuentes, y su presencia es cada vez mayor en la población, en especial en los países industrializados.
Por el contrario, es poco común en las zonas rurales y en los países menos desarrollados. Se estima que esta diferencia podría deberse a que el estilo de vida y el medio ambiente influyen en los mecanismos que desencadenan la enfermedad, la cual afecta con mayor frecuencia a los niños, en quienes suele aparecer en su gran mayoría antes de los 5 años de edad. En general, la DA aparece durante los primeros años de vida, puede persistir o también comenzar en la edad adulta.
¿Por qué ocurre?
Su origen es complejo y está relacionado con la activación de mecanismos inflamatorios y del sistema inmunitario, encargado de defender al organismo contra las sustancias extrañas.
Las lesiones de la DA son el resultado de las interacciones entre la predisposición hereditaria (genética), el medio ambiente donde se encuentra la persona, las alteraciones en la función de barrera de la piel y en las respuestas inmunitarias del organismo.
Las diversas anomalías en los componentes de la piel vinculados con la defensa contra las infecciones cutáneas puede explicar la mayor predisposición que tienen las personas con DA para contraerlas. Más aún, la presencia de bacterias en este órgano y la infección que causan agravan las lesiones de la DA, sobre todo en niños.
¿Cómo se manifiesta?
Cuando el episodio es agudo, en la piel aparecen zonas enrojecidas con pequeñas ampollas que pueden rezumar líquido claro, y erosionarse. Las lesiones provocan prurito intenso y, como consecuencia del rascado, se lastiman y forman costras. A su vez, el rascado aumenta la inflamación.
La presencia de zonas de piel engrosadas y excoriadas por el rascado (placas) se observa en la forma subaguda, mientras que la forma crónica de la enfermedad se caracteriza por placas ligeramente oscuras, engrosadas y endurecidas.
La piel que parece estar sana no es normal, ya que es más seca y se irrita con mayor facilidad que la de las personas sin DA. Otra característica es la gran predisposición a presentar prurito; de hecho, puede haber "ataques" de picazón durante el día, los cuales suelen empeorar durante la noche y causar insomnio y cansancio.
En los bebés, durante el segundo o tercer mes de vida, la DA aparece en las mejillas, el cuero cabelludo y en la zona de extensión de los brazos y las piernas.
Los niños con DA tienen lesiones en el dorso de los pies y las manos, y en las regiones de flexión, como el cuello, las muñecas y los tobillos. Las axilas y las ingles usualmente no se hallan afectadas. La DA que involucra a los adolescentes y adultos aparece en los pliegues de flexión, en la cabeza y el cuello, el dorso de las manos y los pies y la zona superior de la espalda y los brazos.
¿Qué complicaciones puede tener?
Una de las complicaciones principales de la DA es la infección de las lesiones. Si esta es debida a bacterias, puede
generar costras amarillentas. Por otra parte, hay un mayor riesgo de que la infección por el virus del herpes sea muy grave, con fiebre y aparición de ampollas en una gran superficie de la piel.
La DA está relacionada con una condición conocida como atopia, en la que el sistema inmunitario está alterado y hay una mayor cantidad de células que liberan sustancias desencadenantes de la inflamación. La atopia también se vincula con el asma, las alergias alimentarias y la rinitis alérgica.
De hecho, el consumo de ciertos alimentos o la exposición a sustancias que desencadenan alergia respiratoria, en ocasiones provocan lesiones en la piel de niños con DA. Asimismo, es frecuente que, al crecer, la mayoría de los bebés con DA desarrollen asma y rinitis alérgica.
¿Cómo es posible tratarla?
Los objetivos principales del tratamiento de la DA son: lograr que la piel mejore su función, controlar la presencia de microbios en su superficie y eliminar la inflamación. Además, son fundamentales el cuidado de la piel, el evitar exponerse a sustancias que desencadenan los brotes de la DA y realizar los tratamientos específicos.
La clave para el tratamiento exitoso a largo plazo de la DA es el uso de antiinflamatorios, como los corticoides aplicados en forma local. Estos fármacos son seguros y efectivos para combatir la inflamación aguda y crónica. Cuando ocurre un episodio agudo de DA, es importante comenzar el tratamiento antiinflamatorio sin demora y continuarlo hasta que la piel afectada sane. Además, los especialistas recomiendan continuar con el tratamiento con productos de aplicación local durante un período prolongado (de 3 a 12 meses según la intensidad de la DA) para controlar la inflamación de base de la enfermedad y evitar la aparición de nuevos brotes.
Para lograr los objetivos terapéuticos, además de los corticoides tópicos se emplean productos hidratan tes con úrea y ácido láctico y sustitutos del jabón, los cuales son conocidos como "syndets': Si se ha producido una infección bacteriana diseminada, se deben administrar antibióticos. También es importante evitar la exposición a sustancias irritantes que desencadenen inflamación, incluidas las que provocan alergia alimentaria o respiratoria.
Medidas de prevención
limitar el contacto con posibles irritantes de la piel, como limpiadores domésticos, detergentes, lociones para después de afeitarse, entre otros.
Vestir ropas de algodón. La lana y las telas sintéticas pueden irritar la piel.
Durante el baño utilizar jabones suaves o sustitutos del jabón ("syndets"). La temperatura del agua debe ser fría o tibia, pero no caliente.
Después de secar la piel con una toalla suave, aplicar un producto hidratante.
Tratar de no rascar la zona irntada, ya que puede empeora, la lesión.
Evitar el calor y la transpiración excesivos, ya que esto "puede empeorar la irritación y picazón de la piel.
Intentar controlar el estrés, dado que la dermatitis atópica suele aparecer en estas situaciones.
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Dr, Germán E. Silva Sarmiento
Especialidad - Pediatra
Sub-Especialidad - Medicina Interna Pediátrica
Director General - Pedia-gess.com
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