Consumo de sal en bebes - ni sin nada - ni en exceso
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- Categoría: Artículos científicos
- Publicado el Domingo, 25 Febrero 2024 12:39
- Escrito por Dr Germán E. Silva S
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Tanto la eliminación crónica como el consumo excesivo de sal son peligrosos. Determinados nutrientes pueden tener consecuencias positivas y negativas dependiendo de la duración y la dosis de exposición.
Se da gran énfasis al uso adecuado de la ingesta de sal, especialmente durante los primeros 1000 días de vida, un período de gran importancia para el desarrollo cognitivo y físico, durante el cual la tasa de crecimiento cerebral es la mayor de todas las etapas de la vida.
Artículo: El futuro de los niños del mañana: evitar la sal en los primeros 1000 días
The Future for the Children of Tomorrow: Avoiding Salt in the First 1000 Days
Children 2024, 11, 98
Review article
Avoidance of added salt for 6−12-month-old infants: A narrative review.
Archives de pédiatrie 30(2023)595−599
La deficiencia de sodio, especialmente en los recién nacidos, es responsable del retraso del crecimiento y de la alteración del neurodesarrollo. La deficiencia de yodo surge entre los posibles efectos de reducir la ingesta de sodio en la dieta. La sal yodada es fundamental para la síntesis de hormonas tiroideas y su consumo inadecuado representa la causa más común de alteraciones evitables en la salud mental en todo el mundo.
Las hormonas tiroideas (T4, T3) desempeñan un papel clave en el funcionamiento adecuado del sistema nervioso central, el desarrollo neurocognitivo y cerebral y el crecimiento saludable, regulando el metabolismo general. La deficiencia de yodo es la causa más común de discapacidad mental prevenible en el mundo. La OMS, para minimizar esta condición, propone la utilización de sal enriquecida con yodo, con una concentración de yodo entre 20 y 40 mcg/g, incluso manteniendo una ingesta de sodio inferior a 5 g/día o menos.
En la sociedad moderna, los bebés menores de 6 meses se alimentan exclusivamente con leche materna y/o fórmula, sin alimentos adicionales. Por lo tanto, no existe riesgo de ingesta elevada de sal en este grupo de edad.
El alto contenido de sodio se encuentra típicamente en la sal de mesa común, la carne, la leche, los mariscos, el pan, las galletas saladas y los paquetes. Además, muchos condimentos alimentarios, como las salsas de pescado y la soya, son ricos en sodio.
La razón por la que no se añade sal carece de pruebas suficientes y fiables. Los riñones de los bebés de 6 a 12 meses tienen una capacidad adecuada de excreción de sodio. No hay pruebas suficientes de que el consumo elevado de sal (cloruro de sodio) en las primeras etapas de la vida pueda provocar hipertensión o preferencia por una dieta salada en los adultos. Los bebés de 6 a 12 meses pueden correr el riesgo de una ingesta baja de sodio de sólo 150 a 300 mg de sodio/día, que puede no satisfacer las necesidades del cuerpo, si su alimento complementario no tiene la sal adecuada.
Las Guías dietéticas para estadounidenses (2020) publicadas recientemente recomiendan evitar únicamente alimentos con niveles más altos de sodio, incluidos algunos refrigerios salados (paquetes), alimentos comerciales para bebés y carnes procesadas, a diferencia de otras pautas nutricionales que exigen evitar por completo la sal en los alimentos complementarios.
Fisiología del cloruro de sodio
El líquido extracelular está compuesto de sodio (Na+), el catión principal, y cloruro (Cl−), el anión principal. Comúnmente se conoce como sal al cloruro de sodio, que está compuesto por un 40% de sodio y un 60% de cloruro, y ejerce varias funciones importantes: controla la osmolaridad del líquido extracelular; regula el equilibrio de agua y los líquidos corporales; controla el equilibrio ácido-base y la excitación de las células nerviosas y musculares; y libera secreciones digestivas y absorbe varios nutrientes (es decir, agua, glucosa, aminoácidos).
Recomendaciones para el consumo de sal durante la infancia
La (ESPGHAN) y la (OMS) establecieron el consumo de sal recomendado durante la infancia para los lactantes de 0 a 6 meses. El consumo de sal recomendado esta basado en los niveles de sodio en la leche materna. Para los lactantes mayores, entre 6 y 24 meses, la ingesta adecuada de sal está determinada por el contenido de sodio en la leche materna (Sodio en calostro de 1 a 5 días) 300 a 400 mg/L, en la leche madura >14 días) 150 a 250 mg/L) y en los alimentos complementarios, evitando añadir sal durante la preparación de las comidas. Finalmente, para los niños de 24 meses a los 15 años, la OMS recomienda ajustar los niveles máximos de ingesta de sodio (2 g/día) en función de sus necesidades energéticas en relación con las de los adultos.
Ingesta recomendada de sodio para niños en las directrices nacionales
La Acción Mundial sobre la Sal y la Salud (WASH) de Gran Bretaña considera que los bebés menores de 6 meses necesitan ≤400 mg de sodio/día, y los bebés entre 6 y 12 meses necesitan ≤800 mg de sodio/día. El Comité Asesor Científico de Nutrición (SACN) recomienda que la ingesta de sodio no supere los 400 mg/día a los 12 meses de edad. La ingesta de referencia de nutrientes dietéticos para los residentes Chinos (edición de 2018) recomienda una ingesta de sodio de 350 mg/día para bebés de 6 a 12 meses de edad.
En el artículos de la Consenso de alimentación complementaria de la Sociedad Latinoamericana de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica: COCO 2023 y su Declaración 31. El uso racional de sal en la preparación de los alimentos se considera aceptable (solo para las preparaciones) a partir de los 12 meses de edad (acuerdo 95.2%, abstención 4.5%).
Poco se ha estudiado sobre el requerimiento de sodio de lactantes y su necesidad en alimentos complementarios. La ingesta adecuada recomendada para lactantes de 7 a 12 meses por el Instituto de Medicina o (IOM, por sus siglas en inglés: Institute of Medicine) es de 370 mg/día.
La función del sodio en el cuerpo humano y las consecuencias del nivel bajo de sodio.
Además de su conocida función en el mantenimiento de la presión osmótica y el equilibrio de los líquidos corporales, el sodio también es un importante factor de crecimiento que promueve la proliferación celular y la síntesis de proteínas y mejora la calidad de las células.
La privación del cloruro de sodio (NaCl) puede inhibir el crecimiento, que se manifiesta por reducciones en el peso corporal, el peso del cerebro, la altura, los músculos, las proteínas cerebrales, el contenido de RNA y el contenido de lípidos cerebrales.
La leche materna y las fórmulas infantiles proporcionan una ingesta relativamente baja de sodio del 30%. La leche materna madura contiene 141 +/- 17 mg/L de sodio. El contenido de sodio de los bebés mayores alimentados con formulas de diferentes fabricantes oscila entre 184 y 300 mg/L. Según este cálculo, los bebés necesitan tomar entre 2 y 3 litros de leche materna o entre 1,2 y 2 litros de fórmula infantil al día para alcanzar una ingesta de sodio de 400 mg. Por lo tanto, los bebés de 6 a 12 meses de edad sólo pueden obtener entre 50 y 100 mg de sodio de los alimentos complementarios, si no se añaden sal y/u otros condimentos a su dieta. Aproximadamente 600 ml de leche materna o de leche en polvo al día pueden aumentar la ingesta de sodio entre 100 y 200 mg.
Principales consecuencias del alto consumo de sal
La principal preocupación con respecto al consumo de sal durante los primeros 1.000 días es prevenir y mitigar los resultados adversos, en particular la hipertensión y la obesidad a corto y largo plazo.
La evidencia ha explicado el mecanismo fisiopatológico que subyace al vínculo entre el aumento del consumo de sal y el riesgo asociado de desarrollar obesidad: el consumo elevado de sal puede provocar un mayor consumo de bebidas azucaradas al estimular la sensación de sed, y la obesidad está fuertemente relacionada con la gran ingesta de alimentos ricos en sal y calorías.
Contenido de sal en los principales alimentos promedio consumidos en los primeros 1000 días.
Categoría de producto alimenticio |
Concentración de sodio (mg/100 g): media |
Verduras | 20 (12–28) |
Fruta | 5 (4–5) |
Cereales | 12 (5–20) |
Cereales mixtos y frutas | 9 (5–13) |
Paquetes salados | 486 (367–604) |
Jugos/bebidas | 9 (7–10) |
Postres lácteos | 42 (31–53) |
Postre seco a base de cereales | 169 (125–214 |
Snacks a base de frutos secos | 138 (108–167) |
Barras de cereales y bollería para el desayuno |
248 (199–298) |
Cenas, sopas y verduras | 28 (25–31) |
Pediatrics |
El sodio en el crecimiento de recién nacidos prematuros y bebés con bajo peso al nacer
El sodio es fundamental para el equilibrio de líquidos. Un equilibrio positivo de sodio es necesario para el desarrollo del esqueleto y la estimulación del crecimiento en recién nacidos y bebés.
Los estudios experimentales demostraron que la depleción crónica de sodio, especialmente en lactantes prematuros y con bajo peso al nacer, en quienes la inmadurez tubular determina la pérdida de sodio, produce equilibrios negativos de sal, hiponatremia y retraso del crecimiento.
La suplementación de sodio es importante en esta población durante los primeros 1000 días de vida. Se debe administrar un suplemento diario de 4 a 5 mmol/kg ó (0,72 g/L - 0,9 g/L) de sodio en los lactantes prematuros para perder menos peso corporal después del nacimiento y recuperar el peso al nacer más rápidamente. Por el contrario, 1 mmol/kg ó (0,18 g/L) diario de sodio es suficiente para un crecimiento adecuado en lactantes a término alimentados mediante lactancia materna.
El desarrollo del sabor y el gusto
Se presta considerable atención a la transición de una dieta exclusivamente láctea a la dieta consumida en la primera infancia, especialmente en los primeros 1.000 días de vida. Los recién nacidos prefieren naturalmente los sabores salados y dulces y tienen una aversión innata a los sabores amargos típicos de las frutas y verduras.
La preferencia por la sal también puede atribuirse a eventos posnatales. Las preferencias gustativas y de sabor determinadas al comienzo de la vida continúan durante la niñez y la adolescencia, lo que subraya cuán fundamental es la nutrición temprana para establecer prioridades en materia de alimentos y bebidas saludables a lo largo de la vida.
La exposición a los sabores (salado, dulce y amargo) del líquido amniótico, la leche materna, la fórmula y los alimentos sólidos puede ser útil para que los bebés desarrollen preferencias alimentarias saludables. La identificación del sabor a sal parece desarrollarse más tarde, probablemente entre los 2 y 6 meses, no en la etapa neonatal.
Sustitutos de la sal bajos en sodio
Una estrategia útil para limitar el consumo de alimentos ricos en sodio es incorporar sustitutos de la sal bajos en sodio a la dieta de los niños, sustituyendo los productos con menos sodio que la sal normal por potasio u otros minerales. El uso de sal reducida en sodio y enriquecida con potasio como sustituto de la sal de mesa normal (cloruro de sodio) representa un enfoque importante para reducir el sodio en la dieta y aumentar el potasio en la dieta para promover la salud. Las estrategias que incluyen alternativas a la sal enriquecida con potasio como opción principal pueden diferir según el país, según las preferencias dietéticas y las fuentes de sodio en la dieta de la población.
Los nutrientes enriquecidos con potasio parecen determinar una reducción de la presión arterial y del riesgo de trastornos cardiovasculares. Ensayos recientes han demostrado que la reducción de la presión arterial sistólica y diastólica probablemente no se deba sólo a un menor consumo de sal sino también a un aumento en la ingesta de potasio.
La sal desempeña un papel clave en los bebés (especialmente los de bajo peso al nacer y los prematuros) para el desarrollo esquelético y el crecimiento regular adecuado. Por tanto, su deficiencia crónica podría tener efectos perjudiciales. Es relevante la deficiencia de sal yodada, el principal factor de riesgo de problemas neurológicos y de tiroides en los jóvenes.
Dr, Germán E. Silva Sarmiento
Especialidad - Pediatra
Sub-Especialidad - Medicina Interna Pediátrica
Director General - Pedia-gess.com
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